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Cultura + Espectáculos

Miranda! colmó el anfiteatro en el marco de Huellas en la Arena

(Yessica Giovinazzo para Cultura GBA)

La banda, que cumple 20 años en la escena nacional, llenó de canciones la noche del jueves en el recital más importante de la temporada. Sus cuidados por el coronavirus impidieron el contacto con la gente.

Acercado por el Instituto Cultural de la Provincia en el marco del ciclo Huellas en la Arena, Miramar recibió este jueves por la noche el show de Miranda!, la banda encabezada por Juliana Gattas y Ale Sergi.

Más allá de sus canciones, muchas de las situaciones vividas fueron inéditas para la ciudad en el marco de la salida de la pandemia. El sector del Anfiteatro José Hernández fue vallado y solo podían ingresar a las gradas quienes previamente hubieran reservado sus entradas en la app ReCreo, del Gobierno de la Provincia, donde además se corroboraba que los asistentes tuvieran al menos dos dosis de sus vacunas contra el coronavirus. En base a ello, los accesos se habilitaron cerca de las 19:30 para que en los controles se verifique la validez de los códigos QR de reserva. Quienes no tuvieran la aplicación o hubiesen elegido no vacunarse podían verlo detrás del vallado.

Otro punto alto fue el escenario montado sobre la estructura original de más de 50 años. La metodología tubular permitió instalar dos grandes columnas, su correspondiente barral de luces y vestir al José Hernández de una forma que seguramente servirá de referencia para futuras presentaciones. Tres pantallas LED y el seguimiento en video coronaron una puesta en escena magnífica, aunque con un volumen bastante potente.

Respecto a los artistas, limitaron sus movimientos por cuestiones de bioseguridad ya que hubo algunos positivos en la banda la semana previa que motivaron la cancelación y reprogramación de algunos shows, entre ellos algunos en Chile donde se exige PCR negativo para ingresar. Este cuidado hizo que suspendieran la atención a la prensa, que los fotógrafos no pudieran acceder al escenario, cancelar la presentación de un locutor a un minuto del inicio y que la única foto protocolar que se tome sea con el intendente Ianantuony y una representante del Instituto Cultural.

Lo importante: el espectáculo. En aproximadamente una hora comenzaron con dos de sus temas más recientes de su última placa Souvenir pero repasaron prácticamente todos sus clásicos. Parte del juego escénico mantuvo a Juli y Ale con percheros a sus espaldas, los que aprovechaban entre canción y canción para cambiarse y aportarle otro marco a cada interpretación. El cierre, por supuesto, con su ya himno Don y, en el bis, Romix, de su primer álbum Es Mentira, un gesto para los fanáticos de la primera hora.

El viernes, Voces

Con un Parque de la Bienal totalmente cambiado, en la jornada siguiente se presentaron Eduardo Bosio, el tenor, y el Ballet General Alvarado. La unión entre el canto lírico-pop y la danza había surgido en el Open Playa del shopping Down Town, cerrado desde la temporada pasada, y este año pretendían reunirse en el Piazza San Marco pero diferentes denuncias privaron a un buen número de artistas locales del único escenario amplio de carácter privado pero acceso público.

En alrededor de una hora y media, la IV edición de Voces tuvo a Bosio y el ballet dirigido por Solana Turiani interpretando más de 20 canciones que pasaron por canzonettas italianas, música de películas, rock nacional y hasta un repaso por Queen, uno de los preferidos de quien a su vez integra el coro del Teatro Colón de Buenos Aires.

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